Después de 15 años, el segundo volumen de un homenaje, al llamado príncipe de la canción, José José, vio la luz el pasado noviembre. Es claro que el primer disco se volvió un álbum de generación, o, como Sony Music lo llama, ‘legendario’, lo que hace que esta segunda entrega pueda dejar mucho que desear.
Y es que el primer volumen reunió a bandas nacionales de renombre, las cuales vivían su mejor momento, entre las cuales destacaban La Maldita, La Lupita, Molotov, Control Machete. Incluso hubo quienes hicieron de la canción versionada parte integral de su repertorio, un par de ejemplos son “Una mañana”, canción que los tacvbos incluyeron en su concierto desenchufado para MTV, y “Lo Dudo”, la cual es el perfecto cierre para las tocadas de Jumbo.
Fue tanto el éxito que obtuvo este material, que las disqueras creyeron haber encontrado la fórmula para desempolvar melodías de antaño, pertenecientes a su catálogo, y de paso, revalorizar a los homenajeados y dar impulso a sus artistas actuales.
De tal manera que vimos desfilar, por más de una década, tributo tras tributo, como a los connacionales Tigres del Norte, al Gigante de América (Bronco), a José Alfredo Jiménez, a Juan Gabriel y hasta a Caifanes/Jaguares, sin poder encontrar el mismo éxito.
En esta ocasión, la mezcla entre bandas emergentes (a nivel nacional), voces pop y otras extravagancias hacen que el material no termine de cuajar, aunando a una mala colocación de los tracks, que así como logran hacerte pasar un buen rato dejan que el momento decaiga velozmente.
Los Daniels comienzan de buena manera, cumpliendo con un sonido simple y honesto, dándole ese toque de guitarra y batería a “Desesperado”. Inmediatamente después viene la controversia, con un “Amor, amor” bastante parsimonioso en la voz de la odiada y querida Carla Morrison, cosa similar ocurre con las versiones de Lafourcade- “El amor acaba”, Jot-dog-“Voy a llenarte toda” y León Polar -“Me vas a echar de menos”.
La tercer pista, corre a cargo de una banda consolidada, de la que se esperaba que logrará una mejor versión de “No me digas que te vas”, pero Panteón decepciona mostrando un producto que pareciera sacado de un ‘palomazo’.
De los que también se esperaba más, aunque cumplieron, fue de Los Dld y Los Bunkers. Los primeros, tan en boga después del éxito obtenido con “Primario”, interpretan “Mi vida”. Mientras que los chilenos no supieron explotar el clásico “Almohada”, de la que se esperaba una versión tan fuerte como la hecha a la canción icono de Los Ángeles Negros (Y volveré).
Los platos rotos corrieron a cargo del Instituto Mexicano del Sonido (IMS), a quien poco le importó la jovialidad de una melodía como “Buenos días amor”, caso idéntico al de DaPuntoBeat con “Un minuto de amor”. Por otra parte Moderatto no se cansa de destrozar canciones, está vez “40 y 20” fue su víctima. Una pena que Jay de la Cueva, junto con sus músicos, haya pasado de ser solo un mal chiste a una broma de mal gusto, después de las cosas que lograra con Titán y en la batería de Fobia.
Para quitar el mal sabor de oído, agradables sorpresas fue escuchar “O tú o yo” con Los Románticos de Zacatecas y el cierre de “Seré” con Odisseo. Bandas que poco a poco han y seguirán haciendo ruido.
Sobresale La Santa Cecilia, que bajo la tutela y gran interpretación de su vocal, Gloria Estrada, hacen una exquisitez de “Cuidado”, además de que la banda logra denotar en la melodía sus influencias de bossa y bolero. Torreblanca es otro que no queda mal y después de un EP (Defensa) y un álbum de estudio (Bella Época) da muestra, con “¿Y qué?”, que su calidad va en ascenso.
Por último, los que no se quedan atrás, sabiendo hacer suya las canciones, que en algún momento fueron éxito de una de las mejores voces de México, son Paté de Fuá y Ventilader, con “No me platiques más” y “Vamos a darnos tiempo”. Ambas agrupaciones logran crear los momentos más destacables del no tan legendario segundo volumen de “Un tributo”.
Omar Villaseñor
@omarvzayas
@lavoluta
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